Etiología Y Fisiopatogenia
La resorción odontoclástica felina (FORL, del inglés Feline Odontoclastic Resorptive Lesion) es la destrucción de los tejidos dentales calcificados (esmalte, dentina y/o cemento). Al principio se denominó caries por su parecido a la humana, pero las lesiones son clínica e histopatológicamente diferentes.
La etiología exacta de la FORL es desconocida, considerándose un proceso multifactorial. Existen varias hipótesis sobre factores de riesgo: edad avanzada (≥4-6 años, aumentando con la edad, 20-75% de gatos adultos, excepto en los persas que pueden aparecer alrededor de los 2 años); reacción causante de inflamación; estrés mecánico agudo o crónico (fracturas traumáticas); dieta baja en Ca, alteraciones en P, elevado Mg, hipervitaminosis A y D, potenciada por factores genéticos no conocidos; acidez elevada de algunos piensos industriales (hay autores que sugieren que, al estar presente en gatos salvajes, no intervendría la dieta comercial); pH ácido del reflujo gástrico al regurgitar bolas de pelo, o ácidos de la fermentación bacteriana, al depositarse a nivel gingival; enfermedad viral (FELV, FIV, calicivirus y herpesvirus podrían intervenir al causar periodontitis secundaria) y bacterias patógenas de la cavidad oral (Actinomyces, Actinobacillus, Bartonella, Pasteurella) desencadenantes de respuesta inflamatoria (teoría más aceptada). Hay factores predisponentes de la lesión: gingivitis, cálculos dentales, gato totalmente indoor, etc. Cualquier factor que cree una formación anómala o una mineralización del cemento puede dar lugar a una FORL.
El proceso progresivo no inflamatorio sustituyendo el ligamento periodontal y la raíz por hueso o cemento; las que progresan hacia la corona, perdiendo esmalte y dentina cerca del surco gingival, se exponen a la cavidad oral, contaminándose e inflamándose (más sensibilidad).
Las lesiones inflamatorias son dolorosas, suelen comenzar en el surco gingival en torno al cuello dental
Signos Clínicos y Diagnósticos
Puede empezar en cualquier parte del diente pero aquellas evidentes (exploración y signos clínicos) son las del cuello dental lo cual a menudo se confunde con gingivitis. Las que comienzan en la raíz no suelen causar signos al inicio, detectándose mediante Radiografía. Al quedar expuestas a la cavidad oral suelen producir dolor intenso, asociado a castañeteo de dientes, movimientos de mordisqueo, sacudidas de cabeza, estornudos, sangrado, halitosis dientes amarillentos, dificultad para comer, anorexia y letargo.
Los signos clínicos no confirman el diagnóstico de FORL. Se necesita anestesia y exploración de la superficie de todos los dientes, junto a examen radiológico. Ya que también puede deberse a una retracción gingival por periodontitis o por procesos inflamatorios o hiperplásicos.
La radiografía (RX) es clave para clasificar y tratar las lesiones.
Manejo De La Enfermedad a Total Criterio Veterinario
Debe establecerse tras el examen clínico, histopatológico y radiográfico y la confirmación de FORL, midiendo la extensión de la lesión en el diente afectado y en las estructuras adyacentes, y considerando el estado del paciente.
Algunas opciones son:
Monitorización y tratamiento preventivo de dientes con resorción aislada en la raíz, no expuesta a cavidad oral. Deben hacerse controles periódicos, mínimo cada 6 meses, recomendando extracción en cuanto el diente esté expuesto.
Reconstrucción: preservar un diente con la patología y quitarle el dolor. Esto es el objetivo óptimo, pero aún de escaso éxito por la probabilidad mínima de mantener un diente intacto a largo plazo.
Extracción dental: técnica de elección. Se recomienda extraer por completo los dientes con resorción dental pero apariencia radiográfica normal de raíz y espacio del ligamento periodontal ayudando a prevenir focos de inflamación continua.
Amputación de la corona con retención parcial de la raíz: cuando la raíz está siendo reabsorbida y no es dolorosa, la amputación exclusiva de la corona es de elección
Pulverización de la corona/raíz: uso de fresa redonda con agua fría a alta velocidad para eliminar un fragmento dental. No recomendado por complicaciones específicas
En el posoperatorio se indica dieta blanda o balanceado remojado (mínimo 20 minutos) al menos una semana tras la cirugía; antibioterapia e higienización mediante enjuague con antiséptico oral
El pronóstico es reservado y variable en función del grado de la enfermedad. La detección temprana ofrece más posibilidades de control a largo plazo.